Todos sabemos que hace un piloto en su día a día en cualquier competición de motor, sobre todo los profesionales. Su principal tarea es la de llevar el vehículo al límite durante las carreras y entrenamientos, y ser la cabeza visible del equipo en todo momento. Para hacer que esto sea posible se necesita el trabajo y dedicación de mucha gente como los pilotos de pruebas, entre otras muchas personas, que aportan su granito de arena en busca del éxito. Por ejemplo en Formula 1, el piloto de pruebas se encarga del desarrollo del vehículo y en ocasiones incluso le puede tocar sustituir a los pilotos titulares. Lo que se conoce como tercer piloto o piloto reserva. Pues bien la vida del piloto de pruebas es bastante diferente, y no todos los pilotos valen para ello, ya que tu vida está en muchas ocasiones alejada de lo que la gente imagina para un piloto profesional. Básicamente, mucho trabajo “sucio” para que otro se lleve la gloria. En realidad no tan sucio, yo diría diferente. Podemos decir que el clásico papel del piloto de pruebas en F1 ha cambiado bastante en los últimos años ya que los tests están muy restringidos por la FIA, y el tiempo en pista es menor. Por tanto los equipos apuestan por los simuladores, y ahí el piloto de pruebas es crucial para abastecer de datos al equipo en busca del desarrollo óptimo de cara a las carreras. En años anteriores los equipos buscaban a pilotos expertos y específicos para pruebas, con grandes capacidades mecánicas y de trabajo con los ingenieros. Claro ejemplo el de Pedro Martínez de la Rosa o Marc Gené, que se encargaban a la perfección del desarrollo de sus vehículos tanto en pista como en túnel del viento, fábrica y boxes. En la actualidad el perfil que buscan los equipos es diferente, con jóvenes talentos que compiten en categorías de menor nivel pero que a su vez meten muchas horas en el simulador para ayudar al equipo. Lo de Alonso con McLaren se sale de estas directrices, pero el resto de equipos apuestan por la juventud. No hace falta decir que los pilotos de pruebas están también en las carreras pero no se suben al vehículo normalmente. Algunos de ellos aceptan puestos de pilotos de pruebas cuando se quedan sin sitio en la máxima categoría en busca de nuevas oportunidades en años venideros, o incluso dan el salto a otras competiciones pero sin dejar de lado la F1, donde todo el mundo quiere estar. Viendo las pocas oportunidades de que disponen para subirse al coche al cabo del año, los terceros pilotos le “sacan chispas” cuando lo hacen. La pretemporada apenas dura 4 días consecutivos antes de la primera carrera. Existe la posibilidad de subirse al coche en test post GP, tras alguna de las carreras, y no duran más de 2 días. También se realizan pruebas de neumáticos donde los reservas pueden subirse al volante como la de final de temporada tras la última carrera del año. Y ya si les toca debutar porque uno de sus compañeros no está disponible y nunca han participado en una carrera de F1, pueden optar por un test de 1 día para aclimatarse a la categoría. Los equipos también pueden hacer hasta 100 kilómetros de test para los Filming Days que llaman, con fines comerciales y de marketing para la marca/equipo. Pocos kilómetros pero otra oportunidad para los terceros pilotos. Como veis, el simulador es el que saca humo, y los vehículos no tanto. Es la nueva Fórmula 1.

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